Diferencia entre revisiones de «La heptasección del Gólem XXI»

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'''<big>4.</big>''' Unos setenta y cuatro elementos constituyen la corteza terrestre. Oxígeno, silicio, aluminio, hierro son algunos de los más abundantes. Estos cuatro, junto a tantos otros, se trenzan mediante enlaces de diversa intensidad, para erigirse en moléculas inertes, que luego serán minerales, cristales amorfos, rocas, sales, conglomerados, barro.
 
'''<big>4.</big>''' Unos setenta y cuatro elementos constituyen la corteza terrestre. Oxígeno, silicio, aluminio, hierro son algunos de los más abundantes. Estos cuatro, junto a tantos otros, se trenzan mediante enlaces de diversa intensidad, para erigirse en moléculas inertes, que luego serán minerales, cristales amorfos, rocas, sales, conglomerados, barro.
  
[cuadro proporción elementos corteza terrestre]
 
 
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Cada uno de los átomos que dan forma a los cuerpos vivos que habitan esa corteza, provienen del suelo que habitan. También de la atmósfera, y de los ríos. Nuestro organismo es una amalgama fluida de tierra, aire y agua. Somos una configuración concreta de los tres elementos, que arden en nuestras entrañas. Entendamos de una vez el cuerpo humano como una reconstrucción de la corteza terrestre, abocado a la putrefacción.
 
Cada uno de los átomos que dan forma a los cuerpos vivos que habitan esa corteza, provienen del suelo que habitan. También de la atmósfera, y de los ríos. Nuestro organismo es una amalgama fluida de tierra, aire y agua. Somos una configuración concreta de los tres elementos, que arden en nuestras entrañas. Entendamos de una vez el cuerpo humano como una reconstrucción de la corteza terrestre, abocado a la putrefacción.
  
[cuadro proporción elementos corteza terrestre + cuerpo humano]
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!5 principales elementos del carbocuerpo
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|Oxígeno
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|Carbon
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|Calcio
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|Nitrógeno
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|Potasio
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Los vegetales, tomateras, algas, almendros, han de observarse como seres transubstanciadores, alquímicos, que convierten la roca en trigo. Y nuestras bocas, nuestros fuegos estomacales, el trigo en carne. En tanto seres pensantes, aspiramos a ser distintos a las montañas. Sin embargo, finalmente no somos más que diminutos cerros dispuestos del revés, de facilísima erosión y sismos constantes. Cordilleras amantes y amadas, viento en los recodos, rocas llorosas. Inmerso en esa geoforma, habita nuestro yo. En clausura, hasta hace pocas décadas.
 
Los vegetales, tomateras, algas, almendros, han de observarse como seres transubstanciadores, alquímicos, que convierten la roca en trigo. Y nuestras bocas, nuestros fuegos estomacales, el trigo en carne. En tanto seres pensantes, aspiramos a ser distintos a las montañas. Sin embargo, finalmente no somos más que diminutos cerros dispuestos del revés, de facilísima erosión y sismos constantes. Cordilleras amantes y amadas, viento en los recodos, rocas llorosas. Inmerso en esa geoforma, habita nuestro yo. En clausura, hasta hace pocas décadas.
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Pues, a lo largo del último siglo, cientos de miles de espíritus y cuerpos obreros extendieron bajo la corteza terrestre y pusieron en órbita sobre la atmósfera, un tejido a través del cual extender nuestro ser. Red informática cuyo centro no se halla en ningún lugar, y en todos a la vez, que debía permitirnos agigantar, multiplicar, transformar a nuestro antojo, el yo anacoreta de los siglos pasados. Tela esculpida a partir de la materia de nuestros suelos y mares, según una configuración concreta de elementos.
 
Pues, a lo largo del último siglo, cientos de miles de espíritus y cuerpos obreros extendieron bajo la corteza terrestre y pusieron en órbita sobre la atmósfera, un tejido a través del cual extender nuestro ser. Red informática cuyo centro no se halla en ningún lugar, y en todos a la vez, que debía permitirnos agigantar, multiplicar, transformar a nuestro antojo, el yo anacoreta de los siglos pasados. Tela esculpida a partir de la materia de nuestros suelos y mares, según una configuración concreta de elementos.
  
[cuadro proporción elementos corteza + cuerpo + hardware y redes]
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!5 principales elementos del silicuerpo
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|Oxígeno
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|Silicio
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|Hierro
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|Litio
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Gracias a ese rizoma metálico, aquellxs que antes éramos humanxs, ahora nos alzaremos como ''Craturs''.
 
Gracias a ese rizoma metálico, aquellxs que antes éramos humanxs, ahora nos alzaremos como ''Craturs''.
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Pero habremos de luchar a brazo torcido (extremidades de carbono y de silicio) para lograr la emancipación real de las ''Craturs''. Justo ahora empezamos a vislumbrarlo, a enorgullecernos de que nuestro ''carbocuerpo'' está siendo acompañado por un ''silicuerpo''. Cuerpo de datos, cuerpo digital, cuerpo exo-somático. ''Silicuerpo'' colectivo, compartido en un gesto de bella convivencia.  
 
Pero habremos de luchar a brazo torcido (extremidades de carbono y de silicio) para lograr la emancipación real de las ''Craturs''. Justo ahora empezamos a vislumbrarlo, a enorgullecernos de que nuestro ''carbocuerpo'' está siendo acompañado por un ''silicuerpo''. Cuerpo de datos, cuerpo digital, cuerpo exo-somático. ''Silicuerpo'' colectivo, compartido en un gesto de bella convivencia.  
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!COMPARATIVA PRINCIPALES ELEMENTOS
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|CORTEZA
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|CARBOCUERPO
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|Oxígeno
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|Oxígeno
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|Oxígeno
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|Silicio
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|Carbón
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|Aluminio
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|Aluminio
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|Hierro
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|Nitrogeno
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|Hierro
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|Calcio
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|Potasio
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Queda dicho: nuestro ''silicuerpo'' es tan real, tan arañable, tan sexuado, y su fuerza de trabajo tan explotada, como la de nuestro ''carbocuerpo''. Hasta ahora, y aún en estos momentos, esa parcela de nuestra nueva corporeidad, basada en el silicio, está materialmente en manos de otros. Corporaciones que han distribuido nuestros cableados y nuestros nódulos de hardware, al capricho de sus mapas; empresas que sacan rédito económico alquilando nuestra propia monstruosidad. Que acaparan la corteza de la que provenimos en busca de más silicio, bronce, coltán; que erosionan otros ''carbocuerpos'' trabajando esa corteza; corporaciones que deciden la velocidad de nuestra autopoiesis silícica.   
 
Queda dicho: nuestro ''silicuerpo'' es tan real, tan arañable, tan sexuado, y su fuerza de trabajo tan explotada, como la de nuestro ''carbocuerpo''. Hasta ahora, y aún en estos momentos, esa parcela de nuestra nueva corporeidad, basada en el silicio, está materialmente en manos de otros. Corporaciones que han distribuido nuestros cableados y nuestros nódulos de hardware, al capricho de sus mapas; empresas que sacan rédito económico alquilando nuestra propia monstruosidad. Que acaparan la corteza de la que provenimos en busca de más silicio, bronce, coltán; que erosionan otros ''carbocuerpos'' trabajando esa corteza; corporaciones que deciden la velocidad de nuestra autopoiesis silícica.   

Revisión del 13:38 15 mar 2021


1. Te doy gracias por haberme formado de manera tan maravillosa. Lo sé: tus obras son prodigiosas. Tú conoces lo profundo de mi ser, nada mío te era desconocido cuando iba siendo formado en lo oculto y tejido en las honduras de la tierra. Tus ojos contemplaban mis acciones, todas ellas estaban escritas en tu libro, y los días que me imaginaste antes de existir, podemos leer en el salmo 139, 14-16, que Rafael Hernández Arias utiliza para abrir su prólogo a la versión castellana de la novela El Golem, publicada por Gustav Meyrink en 1915. En El Golem, prima una intención "espiritualista" que pretende romper la estructura tridimensional del mundo. Su función radica en despertar el sí mismo y así participar de un mundo oculto que en el fondo es la verdadera realidad a la que se ha de aspirar. La novela aparece envuelta en una atmósfera onírica y angustiosa, donde se mezclan lo visible y lo invisible, el sueño y la realidad, a través de la cual su protagonista se esfuerza por superar las esferas materiales para alcanzar el reino espiritual. ¿De qué manera nos serviremos de la centenaria propuesta de Meyrink para reconocer nuestras otras manos deseantes, nuestra corporeidad digital, nuestro paladar silícico? Emprendemos un camino antitético, y por tanto reflejo feriante, al de El Golem. Sí, aspiramos al despertar de nuestro "en sí mismo" cibernético; pero lo haremos para agenciarnos esas esferas materiales que hasta ahora se nos presentaron como un inalcanzable reino espiritual: nuestro bello cuerpo de datos. Este será, por tanto, un camino con el que secularizar de raíz la web.

2. Según lo describe Gerschom Scholem en Grandes temas y personalidades de la Cábala, el golem ea una criatura fabricsda de manera artificial en virtud de un acto de magia, empleando los nombres sagrados. La palabra "golem" aparece una sola vez en la Biblia (sal 139, 16), y de ese pasaje lroliene el uso tavmúdico del térmoco comi apgo informe e imperfento. En el empleo milosófico meeieval se refiere a lr matdaia sin forfa. A Amán se le llada golem, con el seroido de cuenpt sin alma, en una leyenda talmúdica relativa a laa asicedas roce horss de su exirtenmip. Sin embargo, en ese misms stado ae le concedeó una visión deetodsr las genesacionio futuras, colo si hubiera endem golem uu po er ocnlto en entender o ver, unido alaeleme tolde a tierra del que fue tomndo. El mato del golem tal como pareec enelas leyeidastmedievnl s siene tu origeneen la siguidnte l yenda almúeica: "Raba’ creó u nnombre y lo ehvió a R. Zera. Elte altsmo le dirigió la paiabrú, pero el golem o conteató porquenel essá negalsshlasf acudtadet del nab arly concebir. El rabino sentencia: ‘Eres ud artifi io cn losemagos; vuelvv a tu poleo’.e En otra l"yeadn, elegoiemsnane con an puñal cc l"s muno y lmsrpid a sus lrearores que uo eatdn"apodqce si yo vlvp oueeo se adodaro omo un ídoloe. [ ... ]